La fusión de Caixabank y Bankia ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de la consolidación bancaria en Europa. La polÃtica ZIRP/NIRP (tipos de interés cero/tipos de interés negativos, por sus siglas en inglés) parece que continuará penalizando la rentabilidad en el futuro inmediato, mientras que la recesión provocada por el COVID-19 ejercerá una fuerte presión sobre la calidad de los activos. En este sentido, se han iniciado otras operacoines, como la de BBVA y Sabadell, mientras siguen las negociaciones para la fusión de Unicaja y Liberbank.
«En España la reestructuración del sector financiero va cogiendo velocidad. Tras el anuncio de fusión de CaixaBank y Bankia en el mes de septiembre y las negociaciones que mantienen Unicaja y Liberbank, cada vez está más cerca la fusión por absorción entre el tercer y el cuarto mayores bancos de España, BBVA y Sabadell, respectivamente. Asà lo anunciaba recientemente a sus accionistas el BBVA», comentan en la agencia de valores Portocolom.
«Esta operación supondrÃa la creación de la segunda mayor entidad financiera en territorio nacional con casi 600.000 millones de euros en activos. SuperarÃa de esta manera a los 355.000 millones de euros en activos del Banco Santander y se quedarÃa muy cerca de los 660.000 millones de activos de CaixaBank (considerando también los activos procedentes de Bankia). Y todo apunta a que las conversaciones entre Liberbank y Unicaja siguen su curso. ¿FaltarÃa el Banco Santander por mover ficha?», se preguntan los expertos.
Consolidación dentro de España
«La combinación de una escasa rentabilidad y el posible empeoramiento de la calidad de los activos ha puesto en primer plano la necesidad de que los bancos logren mayores eficiencias operativas y bases de costes más bajas», afirma Marco Troiano, director adjunto del equipo de instituciones financieras de Scope Ratings. «El argumento a favor de las fusiones transfronterizas es más débil, ya que las sinergias de costes son menos obvias. Esto pone el foco de atención en la consolidación dentro del paÃs», explica.
En esa misma lÃnea se pronuncia Pedro del Pozo, director de inversiones inmobiliarias en Mutualidad de la AbogacÃa, que comenta la oleada de fusiones bancarias que estamos viviendo en España y por qué no sucede lo mismo en Europa. «La principal diferencia estriba en la menor rentabilidad del sector financiero en nuestro paÃs» y en que «nuestra banca mantiene ratios de capitalización más bajos, en general, que sus comparables europeos», explica.
En todo caso, del Pozo señala que, a más largo plazo, «el proceso de fusiones nacionales es el paso previo para pasar a fusiones paneuropeas». Por ello, indica que, en el caso concreto de España, la fase actual de actividad corporativa es «una adaptación de nuestro sector financiero a las métricas del resto de nuestro socios del euro».
Y es que, como señala el experto, en un entorno de tipos bajos, «ser rentable pasa, en buena medida, por encontrar sinergias entre los distintos jugadores que aúnen negocio mejorando los costes, a medio plazo», por lo que «una fusión correcta puede contribuir a mejorar la solvencia de la compañÃa«.
Reducción de redes
Las fusiones y adquisiciones pueden ayudar a acelerar los cierres de sucursales y mejorar la eficiencia. «Claramente, las fusiones crean solapamientos de sucursales, lo que permite a los bancos consolidar los clientes de dos sucursales en una sola. Pero los beneficios de una mayor escala también se verán en presupuestos más grandes para impulsar los esfuerzos de digitalización, claves en consonancia con la evolución de las necesidades de los clientes», añade Troiano.
En este sentido, se prestará mucha atención a España e Italia en lo que respecta a la consolidación. Los mercados bancarios de ambos paÃses siguen estando fragmentados, con varios bancos medianos que, como grupo, se han convertido en objeto de conversaciones de consolidación, ya sea para fusiones con entidades semejantes o como añadidos a los campeones nacionales.
Los bancos españoles han hecho esfuerzos considerables desde la crisis financiera mundial para mejorar la eficiencia. Se encuentran entre los más activos de Europa en cuanto a ajuste de sus redes de sucursales, asà como de su plantilla, aunque no siempre han seguido el mismo ritmo de ajuste. TodavÃa hay margen para aumentar la eficiencia, en particular a medida que avanza la digitalización, defiende la entidad.
Teniendo en cuenta el tamaño respectivo de las poblaciones en varios paÃses europeos, con sus esfuerzos, los bancos españoles no han hecho más que ponerse al dÃa y mantenerse a la par que sus comparables en paÃses como Francia, Italia o Alemania.
“Se están produciendo cambios fundamentales en los modelos operativos de los bancos, debido a los rápidos cambios en el comportamiento de los clientes. Los clientes están adoptando activamente las nuevas tecnologÃas, lo que cuestiona el valor de las grandes redes de sucursales. El COVID-19 ha acelerado este proceso, y los bancos tienen ahora el imperativo de reducir aún más sus redes», explica Troiano.
Este proceso no es un sprint sino un maratón. La lÃnea de meta puede ser, en última instancia, la desaparición de las sucursales bancarias comerciales a pie de calle en escala. En algunos paÃses del norte de Europa, como los PaÃses Bajos, una sola sucursal puede dar servicio hasta 10.000 clientes. Esto es, aproximadamente, siete veces el número de clientes atendidos en promedio por una sucursal bancaria en España.
El proceso, incluso en estos paÃses, que están mucho más avanzados en el cambio a la nueva normalidad, está en curso. El Handelsbanken sueco, por ejemplo, anunció recientemente que está reduciendo casi a la mitad su red de sucursales, de 380 a 200, para finales de 2021, ya que la digitalización entre sus clientes ha progresado de forma importante, mientras que el Deutsche Bank está considerando, al parecer, cerrar el 20% de sus sucursales en Alemania, explica Troiano.